Introducción

La pérdida de biodiversidad en pueblos y ciudades es un proceso creciente que afecta tanto al equilibrio de los ecosistemas como a la calidad de vida de las personas. No es un problema exclusivo de las grandes urbes, sino que también está presente en el medio rural, especialmente desde el final de la pandemia de la COVID-19, cuando se produjo una valorización de la vida en el campo y la “vuelta al pueblo” trajo consigo la demolición y restauración de multitud de antiguas viviendas y edificios.

En ambos entornos, rural y urbano pequeñas consideraciones técnicas y medioambientales a la hora de ejecutar una obra pueden permitir la supervivencia de un grupo de especies protegidas muy beneficiosas para los futuros habitantes o usuarios del edificio en cuestión, por lo que GREFA ha decidido poner en marcha un nuevo proyecto en esta línea.

Justificación

Las especies trogloditas (aquellas que utilizan huecos, mechinales y juntas de edificios para nidificar) experimentan un proceso de desaparición alarmante. Desde hace milenios estas especies han encontrado en las construcciones humanas un refugio seguro donde reproducirse, estableciéndose una relación simbiótica entre ambas partes: el ser humano les ofrece un refugio y a cambio la fauna silvestre nos provee de sus servicios ecosistémicos (control de plagas, dispersión de semillas, reciclaje de la materia orgánica, eliminación de desperdicios y embellecimiento natural, entre otros).

Así mismo, son numerosos los estudios que demuestran los beneficios directos de la biodiversidad en el ámbito de la salud pública, actuando como un tampón frente a patógenos y enfermedades, así como teniendo repercusiones positivas en la salud mental. Esto viene siendo ampliamente estudiado en el campo de la Salud Global o "One Health", término que trata de resaltar la importancia de concebir la salud humana de la mano de la salud de los ecosistemas (incluido el urbano) y la salud de los animales (silvestres, de producción o de compañía).

Cernícalo primilla en un mechinal ya adaptado para la nidificación de esta especie, en el Convento de San Bernardo, en Alcalá de Henares (Madrid). Foto: Miguel Garcés.

Contexto

El problema tiene su origen en la urbanización descontrolada y la falta de consideración hacia la biodiversidad en el diseño arquitectónico. Así mismo las obras de restauración y la demolición de edificios antiguos, así como la construcción de nuevos inmuebles sin huecos posibles han reducido drásticamente los espacios disponibles para las especies que viven en este medio. Además, la contaminación lumínica y acústica en las ciudades agrava la situación de esta fauna, dificultando aún más su reproducción y supervivencia.

La participación de profesionales del ámbito de la conservación de la naturaleza en los procesos de diseño y ejecución de obras resulta imprescindible para garantizar la supervivencia de esta provechosa y tradicional relación histórica entre seres humanos y fauna salvaje. De forma ejemplarizante y en coherencia con la legislación vigente, estas medidas deberían generalizarse a cualquier obra de restauración u obra de nueva construcción de edificios públicos o financiados con fondos públicos.

Un gorrión común anida en una junta entre sillares de piedra de la iglesia de Meco (Madrid). Foto: Miguel Garcés.

Experiencias

El trabajo de GREFA en este campo se estructura en tres pilares:

1. Los estudios de biodiversidad en los edificios objetivo.
2. El asesoramiento técnico a la dirección facultativa.
3. El seguimiento de la ejecución de las medidas diseñadas.

GREFA genera soluciones y diseños de espacios para la cría y refugio de fauna adaptados a las características y materiales de cada edificio, priorizando criterios como la seguridad, funcionalidad, discreción, sencillez y aislamiento o ventilación. A continuación, detallamos por provincias los edificios históricos donde hemos intervenido para potenciar la biodiversidad ligada a ellos.

• Provincia de Ávila: Muralla (Madrigal de las Altas Torres)
• Provincia de Córdoba: Ermita del Cristo de los Desamparados (Pedro Abad) e Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción (Palma del Río).
• Comunidad de Madrid: Castillo de los Condes de Puñonrostro (Torrejón de Velasco), Convento de las Bernardas y Obispado (Alcalá de Henares) y Ermita del Rosario (Chinchón).
• Provincia de Segovia: Iglesia de San Esteban y Torreón de Lozoya (Segovia capital) e Iglesia de San Sebastián (Balisa, en Santa María la Real de Nieva).
• Provincia de Sevilla: Iglesias de Santiago, San Bartolomé, San Blas y Santa María (Carmona) e Iglesias de Santiago, San Gil y Santo Domingo (Écija).

En todos estos edificios históricos se han incorporado soluciones específicamente diseñadas para cada uno, actuando sobre aleros, cubiertas, atrios, bocatejas, repisas, mechinales o fachadas de mampostería. Las especies que pueden verse beneficiadas, son numerosas, como es el caso de vencejo, gorrión, mochuelo europeo, cernícalo primilla, cernícalo vulgar, lechuza común, grajilla, chova piquirroja, carbonero, herrerillo y colirrojo tizón, así com lagartijas, salamanquesas y murciélagos, entre muchas otras. En ningún caso las medidas tratan de facilitar la nidificación de las palomas, debido a los problemas de deterioro que generan sus excrementos en la limpieza de los edificios y la conservación de los materiales.

Cernícalos primillas sobrevuelan la iglesia de Villabaruz de Campos (Valladolid), en obras.